El temperamento de los niños varían ampliamente, algunos son más inquietos o más tranquilos que otros, por lo que es comprensible que sean propensos a las rabietas de vez en cuando, o que se obstinen en hacer tareas que no disfrutan mucho, como ordenar la habitación, hacer la tarea, etc.
Sin embargo, hay algunos comportamientos que deben llamarnos la atención, ya que pueden ser muy perjudiciales para su vida diaria. Vale la pena observar de cerca el comportamiento de su hijo y buscar apoyo para él o ella si con frecuencia:
- Se encoleriza e incurre en pataletas rompiendo cosas.
- Discute con los adultos y mantiene actitud desafiante.
- Molesta a otros deliberadamente.
- Acusa a otros de sus errores o mal comportamiento.
- Es susceptible o fácilmente molestado por otros.
- Se muestra colérico, rencoroso o vengativo.
Estas conductas le han generado frecuentemente problemas en la casa, la escuela o en su vida social.
Estas conductas pueden ser por diferentes motivos: pueden aparecer como reacción a un accidente, una enfermedad o un evento traumático.
También pueden ser una defensa contra sentimientos de incompetencia, ansiedad, baja autoestima o tendencias de sumisión.
Estos comportamientos pueden verse exacerbados por el uso de técnicas negativas utilizadas en el hogar, como castigos excesivos, golpes, amenazas frecuentes, gritos o ignorar sus necesidades.
Esto puede conducir a un comportamiento agresivo, grosero y rebelde en los niños porque de esta manera obtienen la atención, el tiempo y la interacción que desean de sus padres.
Si tu hijo/a esta experimentando algunos de estos puntos expuestos no dudes en contactarnos. Obtén una consulta gratis hoy mismo.
Comparte este post
Si necesitas ayuda, estás en el lugar correcto
¿Porqué esperar a estar en una situación EXTREMA para acudir a TERAPIA?